Ariguanabo –explica José Rafael Lauzán1 en el libro Historia Colonial Ariguanabense- es el nombre que los aborígenes pusieron a nuestro río, con lo que querían decir río del guanal o del palmar.

Ciertamente, hoy se acepta que el vocablo ariguanabo es una palabra compuesta por tres voces:

ARI- equivale a río
GUANO- cualquier variedad de palmera o sus hojas
ABO- como la terminación ar o al de las voces castellanas, colocadas detrás del nombre de una planta, indica agrupación o reunión de ellas.

El río - que atraviesa el pueblo, nace y muere en él- constituyó la riqueza fundamental de la naciente Villa (1794), y sus baños fueron los que le dieron fama; tanta, que con el decursar del tiempo, provocaron que se cambiara el nombre de San Antonio Abad por San Antonio de los Baños. Nuestro gentilicio nos viene por él. Somos, por ende, los nacidos aquí
ARIGUANABENSES.

Y afirma Lauzán en el antes mencionado libro: Este río es nuestro, únicamente nuestro (…) Aunque estuvimos a punto de perderlo en 1919 cuando un decreto presidencial autorizó al coronel Charles Hernández para aprovechar y conducir al acueducto de Vento las aguas del Ariguanabo, lo que se hubiera realizado si no es por una enérgica campaña de prensa y un violento repudio popular que echó por tierra tales pretensiones.

Por eso como nuestro, lo tenemos que atender, cuidar y defender…

Muchas páginas se pueden dedicar a este accidente geográfico. Cuánta historia en torno a él. A lo largo de tantos años es considerado el lugar más importante y caracterizador del municipio. El centro de nuestra vida social y cultural. Yace en cada acontecimiento significativo. Evocarlo es orgullo hasta para los que en la actualidad viven fuera del pueblo. Ha sido –y es- motivo de obras artísticas, de estudios y trabajos experimentales. Aparece, indefectiblemente, en dibujos de René de la Nuez, en lienzos de Quidiello; también en variados textos de relevantes científicos, y en los versos de poetas y compositores que no han podido prescindir de destacarle, de elevarlo a otros confines. Fue -¿aún es?- un sitio de indiscutible atracción para nativos y turistas.

¿Cuál es hoy la realidad del río Ariguanabo?

Como resultado de un conjunto de investigaciones de corte ambiental que se han venido desarrollando en los últimos años (proyectos de investigación, servicios científico técnicos, tesis de diploma y de doctorado) tanto a nivel de la Cuenca Hidrográfica Ariguanabo, como de manera más específica en la cuenca superficial del río Ariguanabo se han detectado una serie de impactos o problemas ambientales que sin lugar a dudas ponen en peligro a muy corto plazo la propia permanencia del río y su bosque de ribera.

Si bien la concepción geosistémica nos evidencia que la transformación de cualquiera de los componentes naturales y antropronaturales que conforman la cuenca del río Ariguanabo tiene mayor o menor incidencia en el resto de ellos, es posible jerarquizar por su importancia y magnitud los tres más acuciantes problemas:

-el rellenamiento y desaparición de sectores del cauce del río: la eutrofización (crecimiento desmedido de la vegetación acuática en el cauce) y el asolvamiento o sedimentación (rellenamiento progresivo del área del cauce activo del río por los sedimentos arrastrados desde las laderas y áreas colindantes) han provocado que considerables sectores del río se encuentren total o casi totalmente rellenos de sedimentos provistos de abundante vegetación acuática y terrestre, lo cual interrumpe la circulación de las aguas y provoca la desaparición de las condiciones ecológicas propias del cauce.

-la pérdida de la biodiversidad producto del avance incontrolado de la frontera agrícola, la tala indiscriminada y selectiva de ejemplares del bosque de ribera, la caza y pesca furtiva, la contaminación de las aguas del río por residuales domésticos, agropecuarios e industriales y la transformación de las asociaciones vegetales y animales acuáticas producto de la eutrofización.

-la contaminación de las aguas del río como consecuencia del vertimiento indiscriminado de aguas residuales sin tratar o deficientemente tratadas de origen doméstico, agropecuario, industrial y hospitalario, han motivado a que a lo largo de
todo el río este presente contaminación de tipo orgánica debido a grandes aportes de materia orgánica que hacen que las concentraciones de oxígeno, el NMP de coliformes totales y fecales y la demanda química de oxigeno estén fuera de la normativa nacional para este tipo de cuerpo de agua.

Otro de los problemas que se encuentra gravitando sobre la calidad ecológica de este geosistema son la pérdida de las áreas de bosque de ribera y su estructura natural, el cual representa una barrera natural contra el aporte de sedimentos y materiales contaminantes al cauce, es la base de la principal riqueza de la flora y la fauna y una
de las principales fuentes de atracción desde el punto de vista turístico-paisajístico en esta región natural.

Esta área –atendiendo a sus valores naturales- ha sido identificada por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Cuba, como un Paisaje Natural Protegido de significación local. Esta designación constituye un reconocimiento de gran importancia, que conlleva a estructurar una administración del área, capaz de poner en práctica un plan de manejo dirigido a resolver los problemas existentes y potenciar su uso sostenible, socioeconómico y ambientalmente viable. No obstante, desde hace 3 años se espera por el gobierno municipal para que estructure dicha administración.

Desde los años 90 han tenido lugar acciones concretas por el Ariguanabo. Vale mencionar, durante aquella época, el intento de hermanamiento con Morella (ciudad valenciana), que se frustró por la desidia oficial; además, los conciertos que Luis Eduardo Aute ofreció tanto en España como en La Habana, para crear un fondo salarial -que la dirección del Poder Popular en el municipio decía no tener- destinado a las labores de limpieza del río.

Ya a finales del 2008, un grupo heterogéneo de ariguanabenses nos reunimos con el propósito de favorecer la situación medioambiental (con el río como elemento básico) y la vida cultural del pueblo de San Antonio. Constituir una FUNDACIÓN, o centro con posibilidades similares, sería la manera más factible, hacedera, para materializar
sueños, diseñar proyectos, ejecutar programas válidos. Lamentablemente, esa institución o cofradía necesaria no se ha logrado. Cabe explicar que en mayo de 2011 se presentó la propuesta de Fundación -bien documentada- ante los Ministros de Cultura y Justicia. Ellos dieron su aval a la misma; pero se debía esperar por unos arreglos a la Ley de Fundaciones para la declaración con todos los requisitos indispensables. Comenzó, entonces, un período de silencio e incertidumbre. Hace solo unos meses conocimos que el actual Ministro de Cultura también otorgó su aval para
la Fundación Ariguanabo. Y aún aguardamos por una respuesta.

No ha faltado, sin embargo, la ejecución de tareas a nuestro alcance; mas, resultan insuficientes. Es vital un mayor apoyo y comprensión de las autoridades gubernamentales. Mientras, nuestro río languidece.

Contrariedades y escepticismos, a un lado, continuamos sin cesar la batalla. Batalla a favor de un mejor terruño. Los Amigos del Río –como nos denominamos- seguimos, y seguiremos, insistiendo. La verdad posee una fuerza suprema y desde ella, y por ella, peleamos y convocamos.

El estado actual del río Ariguanabo y sus bosques nos hace pensar que somos  la última generación que podrá hacer algo para salvarlos. Tenemos esa responsabilidad porque después será tarde.  Entiéndase que nuestro reclamo trata de algo profundo como la identidad, más que de un pueblo, de toda una región. El río no solo está en el escudo municipal como símbolo heráldico, él se encuentra en nuestra memoria histórica y artística, en las tradiciones y en el corazón de los ariguanabenses, y en el de todas las personas que aman la naturaleza y la reconocen como parte de las raíces de las naciones. Sumar todas estas almas, ideas y personas es la intención de los que, pese a la negligencia, sentimos y luchamos por el río y sus bosques.


San Antonio de los Baños, Marzo 2016.

 

( 1 ) José Rafael Lauzán- Historiador de la Ciudad, desde 1938 hasta 1994